Detén el brazo del Señor que airado,
Parece que quiere vindicar su honor,
De un pueblo ingrato, que deicida ha hollado,
Las finezas de amor que le ha demostrado
Dándole hasta su nombre…: ¡El Salvador!…
Virgen del Carmen, tu nombre llevamos,
De Carmelitas erguimos el pendón,
Y en este día dichoso, publicamos
Que er;es la gloria de los que te amamos
Portando venturosos tu blasón.”
¡Tus hijos, ¡pobre patria!, han delinquido!
¡Han negado su fe y su religión!
Y al vicio y al error se han convertido,
Del libertino masonismo al ruido,
Del malhadado naturalismo al son.”
Tú, que la luna con tu planta huellas,
Que te sirven de aureola las estrellas
Y de trono seráfica legión.
Tú a quien el astro rey ufano viste
Con sus rayos de diáfano esplendor
Y al Sol eterno de la Verdad nos diste
Cuando de labios de Gabriel hubiste
Escuchado la divinal misión.”
De ti copian los astros su hermosura,
La azucena y el lirio su blancura
Y el topacio su fúlgido color.
Tú que eres la más pura entre las bellas
Tú a quien la diestra del Muy Alto quiso
Preservar de la infausta maldición
Que allegó nuestra madre en el paraíso
Y exenta y libre de la culpa te hizo
De ab aeterno en limpia concepción.
Tus hijos somos; Tú eres Madre nuestra,
Te profesamos rendida sumisión,
Te imitaremos, Oficiosa Ambidextra,
Y extáticos de amor, Divina Maestra,
Hoy te ofrendamos el corazón.”
No deseches, Señora mis gemidos,
Atiende compasiva mi oración;
Ahora que estamos a tus pies reunidos,
Solicitamos ansiosos compasivos,
Tu maternal y augusta protección.
Tus hijos somos. Tú eres Madre nuestra,
Te profesamos rendida sumisión,
Te imitaremos, Oficiosa Ambidextra,
Y extáticos de amor Divina Maestra,
Hoy te ofrendamos todo el corazón.