VARGAS TEÓDULO [1844-1911]
La Virgen Madre
Muda, inmóvil, en sueño de ventura, está la Virgen Madre contemplando de su Infante divino la hermosura; reprimir ya no puede la ternura y así la suelta con acento blando:
«¿Te deleita de las aves, Niño hermoso, la canción? Sus requiebros más süaves de tu voz remedo son.
¿Te deleitan las estrellas con su trémulo fulgor? A tus ojos roban ellas su más dulce resplandor.
¿Te deleita de las flores el purpúreo tornasol? Ellas toman sus colores de tus labios de arrebol.
¿Te deleita ver la llama de mi amante corazón? El amor que al ciclo inflama es del tuyo emanación.
Ercs, Nina, av..- canora, eres astro brillador, eres flor encantadora, más que todo eres amor.»
A los acentos el amor excede: sella el labio; y al llanto y las caricias, a los besos y abrazos lugar cede, y su alma se c:lajena en las delicias que nadie, ni una maure, entender puede.
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